miércoles, 16 de febrero de 2011

Corregir los trastornos del lenguaje


Antes de los siete años se deben corregir los trastornos del lenguaje

La dificultad para pronunciar algunas palabras, comprender la lectura o cambia el orden de los términos son algunos de ellos.
Entre el 10 y 15 por ciento de la población presenta alguna de estas alteraciones. Según Jacqueline Cuéllar, presidenta de la Asociación Colombiana de Fonoaudiología, pueden ser de comprensión o de expresión del lenguaje.
“A veces un mismo niño tiene ambas complicaciones, en otros casos tiene problemas de habla sin tener dificultades en el lenguaje. Por ejemplo, el menor que cambia la l por la r no tiene un problema del lenguaje sino de expresión”, agrega Cuéllar.
Para la otorrinolaringóloga Indira Bolaños “entre más temprano se trate al niño, mejor. Antes de los 7 años el cerebro es como una esponja, percibe de manera constante. Después sigue aprendiendo y ya maduro es difícil cambiar los vicios adquiridos”.
Un menor que presente este tipo de alteraciones puede dejar el interés en el estudio. La neuropsicóloga Marta Lucía Miranda asegura que “si no comprende lo que lee, seguramente le perderá el gusto a la lectura y su nivel escolar disminuirá”.
No es extraño, en ese caso, que el alumno no se atreva a leer en voz alta frente a sus compañeros, pues sabe que no le entenderán porque se demora al leer o porque cambia unos términos por otros, incluso, se salta párrafos y dice murciégalo en vez de murciélago, o marisopa en vez de mariposa, aún estando en una edad ya avanzada.
Con estos trastornos, al niño se le dificulta inventar frases completas, escribir lo que entendió de una lectura o describir, en palabras sencillas, lo que observa en las tiras cómicas, sostener conversaciones largas y expresar de manera correcta sus pensamientos.
Miranda explica que “en los casos más severos, los niños pronuncian pocas palabras, casi ninguna o hablan incompleto y no estructuran las frases. Estas son disfasias expresivas que no aparecen de un momento a otro sino que el niño va acumulando hasta que se convierte en un problema significativo”.
No es aconsejable confiarse si los pequeños son inteligentes, pues aunque lo sean pueden manifestar dificultades en el lenguaje.
Hay alteraciones leves y severas. Con ayuda de un especialista podrá detectarlas y saber qué terapia ayudará a que el niño crezca sin estos trastornos.
De no ser así, esto repercutirá negativamente en el aprendizaje y puede traducirse en fracaso escolar. Dislexia, dislalia y tartamudez son alteraciones de lenguaje que padece el 15 por ciento de la población. Cada caso requiere un diagnóstico médico y una terapia.
¿Cuál es su origen?
La mayoría de los casos ocurren por “la privación ambiental, es decir, los pequeños que no son incentivados en su casa. Los padres se van y entonces son atendidos por una persona que no tiene el tiempo suficiente para cuidarlos y corregirlos”, explica Jacqueline Cuéllar, presidenta de la Asociación Colombiana de Fonoaudiología.
Cuando hay dificultades en la comprensión, el niño puede demorarse en pronunciar sus primeras palabras o hablar enredado a pesar de tener edad para hablar claro. Esto empieza a notarse al año o a los dos.
Indira Bolaños, otorrinolaringóloga, sostiene que al no estimularse a los niños no se les permite expresarse. Es cuando al pequeño le basta con señalar con el dedo y ya obtiene lo que pide. Esto impide que el menor se esfuerce en pronunciar palabras o frases completas.
“Si los adultos no le repiten ciertas expresiones, los menores no acostumbran su oído, no las asimilan y no las expresan”, aclara Bolaños.
Además, existen otras razones que tienen que ver con el desarrollo del cerebro.
Según la neuropsicóloga Marta Lucía Miranda, los problemas del lenguaje pueden tener origen en una inmadurez cerebral a lo cual se le llama disfasia, lo que significa que en su desarrollo el niño viene atrasado en esta área.
También pueden presentarse como consecuencia de un accidente que afecta el cerebro. Cuéllar también señala que puede ser a raíz de que la mamá durante el embarazo o el parto tuvo alguna complicación.
Trastornos de más frecuencia 
Alteración de la articulación del lenguaje
Antes se conocía como dislalia. Es el niño que se queda en sonidos que debería superar, por ejemplo, sigue utilizando la t por la s: “mamá yo quiero eto”. No evoluciona. Es la más conocida y fácil de identificar. Es de tipo muscular, radica en la articulación de los fonemas o sonidos.
Alteración en el aprendizaje lectoescrito
Antes se conocía como dislexia. Se manifiesta con la dificultad en el aprendizaje de la lectura, sin haber deficiencias intelectuales ni trastornos sensoriales o neurológicos que lo justifiquen. A pesar de que el niño lee, no logra hacerlo adecuadamente o no identifica fonemas, no conjuga los verbos y tiene dificultad para leer sílabas: “mi papá está bavo”. También puede ser de tipo espacial: escucha bien pero no identifica visualmente las letras y las lee al revés, confunde la d con la b, observa los objetos pero no los ubica correctamente.
Disfluencia
También conocida como tartamudez. Consiste en la dificultad de mantener la fluidez normal del habla, dando lugar a la repetición rápida de sílabas o palabras, causando bloqueos al intentar pronunciar una oración o frase completa. Aunque la tartamudez es algo psicológico, en la neuropsicología ya se han encontrado bases que afirman trastornos ansiosos y del lenguaje también.
Farfulleo
Se confunde con la tartamudez. Sin embargo, su diferencia está en que es una alteración en la fluidez del lenguaje, en la que el niño habla a gran velocidad y articula las frases de manera desordenada.
Algunas recomendaciones
La Asociación Colombiana de Fonoaudiolgía recomienda realizar ejercicios de lectura con los niños a diario, en voz alta y mentalmente, de manera lúdica y no como obligación.
También funciona estimular el lenguaje, en forma natural, por medio del diálogo y juego (así el niño solo responda con sonrisas y miradas).
Si hay zonas del lenguaje dañadas, otras zonas pueden tomar la función de estas. Lo importante es el estímulo constante, sistemático y adecuado a las condiciones del niño.
Los resultados se ven si los padres se involucran con los pequeños y hacen que canten y memoricen rondas, simulen sonidos de animales e imiten diálogos con personajes inventados.
Los expertos recomiendan a los maestros que hagan un seguimiento de sus estudiantes cuando inician la etapa escolar, pues en casa los padres casi no perciben los problemas a tiempo para remediarlos.
Es importante que los menores sean examinados por un especialista.

NANCY VELANDIA

1 comentario:

  1. buen dia quisiera saber si tiene alguna definición cuando el niño conjuga mallos verbos un ejemplo que el niño quiera decir apaga la luz y diga prende la luz y que el crea que dijo lo contrario

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